La actividad física es esencial para la salud de las
personas ancianas. Lo importante es realizar un chequeo médico previo, aumentar
el ritmo lentamente y tener continuidad. La natación, caminatas y la bicicleta
serían muy beneficiosas para muchas personas mayores.
El ejercicio habitual puede ayudar emocionalmente a
los ancianos de salud delicada sin causarles dolor, indicó un nuevo estudio.
Estos resultados se suman a la evidencia de que la actividad puede ofrecer
beneficios más allá del bienestar físico.
Probablemente el hallazgo más importante del estudio
es el hecho que el ejercicio, desde las actividades de resistencia hasta el
entrenamiento para aumentar la fuerza y la flexibilidad, no causó dolor a los
participantes que tenían enfermedades como la artrosis.
"Muchos ancianos, especialmente aquellos que
padecen de artritis u otras dolencias, son reacios a hacer ejercicio porque
piensan que les ocasionará dolor o molestias".
Este estudio halló que un ejercicio continuo y bajo
supervisión no presentaba riesgos, se advirtió que los ancianos deberían
consultar con sus médicos antes de comenzar un plan de ejercicios.
"Sería irresponsable no decir que, antes de
comenzar un programa de ejercicios, se necesita una confirmación del
médico", y la realización de un chequeo, que incluya electrocardiograma de
esfuerzo, una medición de riesgo cardíaco.
Se examinó a más de 1.700 ancianos que comenzaron
programas de ejercicio en cuatro lugares de Estados Unidos. Todos los
participantes tenían salud delicada y corrían el riesgo de lesiones por caídas.
Los investigadores en general, refirieron que los
participantes habían mejorado su salud emocional después de los programas de
ejercicios.
La escala que se usó para determinar la salud
emocional no se centró en trastornos psicológicos, como la depresión, pero
podría servir como un indicador de esos trastornos, puntualizaron los
investigadores.
Básicamente, las preguntas se referían a : "¿se
siente bien consigo mismo?"Aún no esta claro qué frecuencia, qué tipos y
cuál es la intensidad de los ejercicios que se necesita para una mejoría
emocional, indicando que se deben realizar más estudios para definir los
beneficios del ejercicio en varias poblaciones.
Aunque la actividad frecuente refuerza de forma clara
la sensación de bienestar físico, está mucho menos claro lo que esa actividad
puede lograr en relación a los parámetros de calidad de vida.
Programas controlados
El entrenamiento físico debe estar dirigido a
incrementar la capacidad funcional aeróbica y la fuerza muscular, y además, a
mejorar la flexibilidad de las articulaciones. Ejercicios tales como la
natación, las caminatas o los realizados en bicicleta, son los recomendados para
lograr una mejoría de la capacidad aeróbica.
Aquellas personas sedentarias, deben comenzar un plan
de ejercicios de poca intensidad y duración, para luego aumentar en forma
progresiva. Olvidando la prisa en obtener buenos resultados, se necesitarán varios
meses para alcanzar una condición óptima para su edad. En todos los casos, es
de suma importancia la realización previa de un chequeo médico completo, para
conocer la existencia o no de enfermedades cardiovasculares, musculares o
articulares, a fin de prevenir la aparición de efectos indeseables que puedan
corregirse. Cambiar los hábitos alimenticios, consumiendo una dieta nutritiva y
equilibrada, adquiere la misma importancia que la actividad física en forma
regular. Resultan extremadamente perjudiciales para la salud el consumo de
tabaco, alcohol y cualquier tipo de drogas (excepto por prescripción médica).
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